Adicae estará vigilante respecto a la comercialización masiva que pretende la “joint venture” formada por el Banco Santander y la aseguradora Mapfre tras otorgárseles, recientemente, la luz verde para dichas ventas por parte del Ministerio de Economía. Por supuesto, en caso de que los servicios jurídicos de la asociación detecten irregularidades en la contratación lo pondrán en conocimiento de la justicia.
A este respecto, la asociación de consumidores no se quedará de brazos cruzados viendo cómo se “coloca” un producto financiero como la hipoteca inversa que es, a todas luces, un win-win para la banca y, por lo tanto, un producto muy malo en términos de rentabilidad y de riesgo para los consumidores de mayor edad.
Hay que recordar que la hipoteca inversa no deja de ser un crédito con garantía hipotecaria para mayores de 65 años con vivienda en propiedad, lo cual lo cumplen casi un 90% de los consumidores senior de nuestro país. El truco reside en que, a diferencia de la hipoteca tradicional, en este caso es el banco el que, tras una tasación “low-cost” de la vivienda, ofrece una renta mensual al propietario durante un número de años, tras los cuales (o por fallecimiento) él o sus herederos tienen que devolver con elevados intereses lo recibido por el titular si quieren recuperar la vivienda. En caso contrario, la vivienda se ejecuta y se subasta.
El win-win de la banca resulta evidente: si el cliente o sus descendientes optan por devolver lo recibido, el banco gana los intereses (que superan, con mucho, a los de una hipoteca tradicional). Si no lo hacen, el banco se queda la vivienda que infratasó en su momento, y los herederos sin nada, incluso sin parte de la herencia si la subasta de la vivienda no satisface la deuda contraída. Un producto “fantástico”, nos dirán, a pesar de que el usuario pague tres veces intereses: al formalizar la hipoteca, en el transcurso del pago, y el que se ven obligados a pagar los herederos para recuperar el inmueble.
Por todo ello, Adicae vigilará que la comercialización de estos productos complejos se haga sin cláusulas abusivas, transparentes, con información suficiente y necesaria para el consumidor e informará de alternativas quizás menos levosas para rentabilizar la vivienda, como puede ser la venta y la compra de otra más barata o explorar la venta de la nuda propiedad.
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