De las familias depende el 30% de la energía que se consume en España. Se reparte aproximadamente a partes iguales entre el consumo destinado a la vivienda y el consumo del coche.
Comprando equipos y casas eficientes, adoptando buenas prácticas en el uso de los aparatos y modificando algunos hábitos en nuestra forma de desplazarnos se podrían conseguir ahorros de energía superiores al 50%, lo que repercutiría muy favorablemente en nuestra economía y en la disminución del impacto ambiental.
El consumo de energía en la vivienda de una familia media española es responsable, cada año, de la emisión a la atmósfera de 5 toneladas de CO2, principal gas responsable del efecto invernadero.